Carlos Humberto Alvarado González, Universidad de las Ciencias de la Salud
La República Bolivariana de Venezuela tiene una cita con la historia. El próximo 3 de diciembre las venezolanas y los venezolanos debemos ratificar con la fuerza del ejercicio democrático y participativo que nos caracteriza, nuestra inquebrantable voluntad de hacer respetar nuestro suelo sagrado, eso que junto a nuestra nacionalidad, nuestra historia, nuestras tradiciones, nos afirma como patriotas, cómo hombres y mujeres amantes de la paz y la libertad, pero también decididos a defender lo que es nuestro.
No se trata de un asunto de partidos, diferencias internas o visiones distintas, propias de la naturaleza de la democracia venezolana; al contrario, se trata de aglutinar a todo el pueblo venezolano en una sola fuerza de participación votando cinco veces sí para hacer valer los pasos para garantizar como Nación que el Esequibo es incontrovertiblemente parte de la República Bolivariana de Venezuela.
Rechazando el Laudo Arbitral de París de 1899; ratificando nuestro apoyo al Acuerdo de Ginebra de 1966 cómo único documento válido para hacer valer nuestros derechos sobre el Esequibo; reiterando el no reconocimiento a la Corte Internacional de Justicia para resolver esta controversia territorial; respaldando las acciones que realice el Estado venezolano para impedir que Guyana disponga unilateralmente de Mar Territorial no delimitado; y apoyando la creación del Estado Guayana Esequiba, damos pasos soberanos, concretos, de paz y determinación para hacer valer ante el mundo la indeclinable decisión que hemos tomado y que ha sido parte de nuestra postura histórica: El Esequibo es Venezuela.
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