Para los sectores populares de América latina y el Caribe, los procesos de organización, participación y movilización han constituido históricamente la piedra angular para liberar su capacidad de expresión, rescatar su derecho a la palabra, sustentados en una interacción colectiva orientada a analizar y comprender la realidad para establecer identidades y sentidos comunes respecto a su accionar social transformador. Vale decir: rescatar ciudadanía y justicia social.
En las democracias formales establecidas en Latinoamérica y el Caribe esa figura de “ciudadanía” o simplemente la crítica liberal de “igualdad de oportunidades”, quedaba por fuera ante un orden establecido altamente elitista, racista, entreguista, excluyente, entre otras particularidades. Estos parámetros, a su vez, se expresarían en el orden mediático, donde los medios de difusión masiva se afirmaron como prerrogativas de los grupos de poder, con un sentido patrimonialista y concentrador.